lunes, 10 de abril de 2023

Prefiero ser sirena

 


Esta sesión que voy a relatarles fue tan extraña que, aun revisando mis notas y los recuerdos que tengo de ella, me confundo nuevamente al tratar de encontrarle algún tipo de lógica. Es verdad que podemos correr con la suerte de que las vidas pasadas de nuestros consultantes sean lineales, detalladas y llenas de sentido en todas las experiencias que haya vivido el paciente a través de su/sus personajes. Sin embargo, esto no siempre es así. En ocasiones la mente de nuestro consultante entiende símbolos, mensajes breves, algún lenguaje en código, o algo que simplemente como terapeuta no podemos entender ni es nuestro trabajo entenderlo.

De todas maneras, este NO fue el caso. Estamos trabajando en taller, y una de las cosas que empieza a inquietarme es que la persona que va a camilla es bastante inquieta. Esto solamente me preocupa porque sé que relajar el cuerpo ayuda más a la conexión, sin embargo al terminar de meditar juntas ella empieza a describir su experiencia en perfecto estado de trance.

Está en el mar, es mujer, está sumergida en el agua y no parece tener ningún problema para permanecer allí. Empieza a describir que está rodeada de medusas gigantes y que estas se ven como platillos voladores, dice que son de color rosadas con aguamarina. Es muy hermosa la imagen, es tranquilizadora, más no sabe qué hace allí ni parece que esté pasando nada en especial, así que le pido que subamos a la superficie.

Al salir ligeramente del agua, ella me dice que ve un barco. Yo lo visualizo como un barco antiguo, de velas blancas, pero lo veo algo distante y moviéndose. Al mismo tiempo, ella me comenta que está con ella un Maestro de nombre Galadriel. Le pregunto:

- ¿Qué te dice tu Maestro?

- Que siga el barco -responde ella, entonces hace exactamente lo opuesto.

El barco se va, ya no está. No entiendo por qué no quiso seguirlo, noto una rebeldía disfrazada de dulzura cuando le pregunto al respecto y me dice "no quise". Ella solo quería quedarse en el agua nadando con las medusas, pero no hay inquietud de nada, razón de nada. De alguna manera descarto que se trate de un fantasma, hay mucha fantasía involucrada en su experiencia en el mar y en lo que vendrá más adelante.

Al cabo de un buen rato le pregunto si hay alguna orilla a la vista, ella me dice que sí y la invito a salir. Me dice:

- ¡No! ¡No puedo! -casi con indignación- ¿Cómo voy a salir si yo no puedo caminar?

- ¿Cómo es esto? ¿A qué te refieres con que no puedes caminar?

Me explica que ella no tiene piernas sino cola, es una sirena. Le pregunto si puede hacer el intento de pedir piernas para poder salir, a lo que me dice que sí pero que no quiere. Le explico que es probable que haya algo afuera para ver, siento la asistencia de su Maestro de que en efecto salga del agua. Ella lo acepta pero dejar su cola de sirena por piernas le causa dolor, realmente se queja y hace gestos de desagrado con la cara.

Cuando sale y camina un trecho de playa, se encuentra con un árbol de forma extraña. Es de color negro y parece que pudiera emanar unos fluidos fosforescentes, es todo muy extraño y ella solo se fascina por las imágenes que se le presentan. La invito a que por favor pida una explicación a lo que está viendo, que pida asistencia para poder entender, a lo que ella responde:

- Es la evolución. Nunca me quiero transformar.

Hubo otras imágenes que, con toda honestidad, siguieron siendo igual de abstractas y psicodélicas. Yo en mi mente pido asistencia, pido un mensaje y me relajo, dejo que ella vea lo que quiera ver sin juzgar... Hasta que siento que me dicen "Vivir en la tierra no le gusta. Ella no se siente asistida".

Al cierre de la sesión, le comento el mensaje que me dieron. Ella siente mucha inquietud por todo lo que vio, y no es para menos, pero lo que quiere es que yo le "ayude" a darle significado. Yo le explico que si no tiene significado para ella en este momento, de repente lo tendrá después, pero yo no puedo darle ningún significado por ella. Lo que sí le digo es que me ha parecido una sesión ra-rí-si-ma, más que por las imágenes lo que a mí me dio mala espina fue que contrariara con tanta determinación la sugerencia de su maestro de seguir el barco. He visto antes consultantes dudosos de hacer lo que le piden sus maestros, pero usualmente tienen ellos mismos la corazonada de seguir el consejo porque ahí hay una ayuda, una asistencia. Esta paciente, deliberada y conscientemente, llevó la contraria.

¿Está mal llevar la contraria? Creo que la respuesta a esto está en la frustración de haber aprovechado muy poco la sesión, hay muy poco que ella sentía que podía ayudarla de esta experiencia. En cualquier caso, no respondo a esta pregunta con ninguna respuesta porque cada caso es diferente, cada paciente es diferente. En esta oportunidad, yo siento que aprendí que alguien muy diestro en trance, y de psiquismo abierto y sensible, definitivamente puede quedarse en una nota personal nadando en el inconsciente y prefiriendo ser sirena.


Greisy Nathaly Marcano
Hipnoterapeuta

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