domingo, 26 de febrero de 2023

Por fin recordó

 


En una de las formaciones tuvimos a una participante que, llegada a su 6º y último módulo, había tenido varias experiencias con ángeles y canalización de mensajes, más no había recordado ninguna vida pasada. Sé que en alguna de sus sesiones en camilla habían consultado si es que se trataba de una primera vida en la tierra, a lo que los maestros aclararon que no era el caso, ella ya había tenido otras experiencias de vidas.

Como había trabajado siempre con otras personas, se decidió que ahora yo trabajara con ella, esto para probar cómo sería la conexión entre nosotras. Es un dato curioso a tener en cuenta: la energía del terapeuta evoca cierto tipo de memorias en un paciente, nuestros Maestros saben lo que nos conecta y lo que ambos podremos manejar.

La sesión da inicio con la presencia de una luz naranja que luego se aclara en la presencia de un Ángel Solar. Según me describe ella, claramente en trance y muy relajada porque está familiarizada con las sesiones de sanación con ángeles, le están limpiando de ciertas emociones, miedos e inseguridades. Durante esta limpieza la luz que emite el ángel va cambiando de color a rosado, morado, dorado y azul. En el color azul le dicen que le hacen limpieza del tercer ojo.

Luego tiene dos visiones. Una de unos tigres enfrentándose, otra de personas dándose un beso, pero ninguna se desarrolla. Yo siento que a ella le cuesta creerse las imágenes y por eso se nos fugan, de todas maneras insisto en que se relaje y al mismo tiempo se concentre en lo que percibe.

Es de noche y ve destellos de luz. Cuando le pregunto que se vea y se describa, me dice que es una mujer, que salió a pasear de día y oscureció. Yo tengo una imagen de un hombre, no le digo nada, le pido que exploremos a su alrededor. Estamos en un muelle, de madera me describe, donde hay embarcaciones, vemos varios botes y un barco. Le pregunto que qué hace una mujer allí y ella misma no lo entiende, por lo que le pido que se vuelva a ver y muy sorprendida me dice "¡Ay, sí! ¡Es que soy un hombre!".

Se describe con claridad, es un hombre alto, moreno, fuerte, de 26 años. Es pescador. Dice que zarparon de día en el barco, también me dice que siente miedo de ahogarse. Durante la noche, se ve en un borde del barco, todo pasa muy rápido. En un momento parece que estaba muy tranquilo, yo lo visualizo sentado con los pies colgando hacia fuera del barco, y sin ninguna explicación se cae del barco y se está ahogando. 

En este momento se resiste arduamente. Tiene miedo a morir, miedo al dolor, miedo a la sensación de estarse ahogando. Quiere salir de ahí, dice que es horrible y no quiere sentir nada de eso; yo le pido que espere un momento, que veamos qué sucede. Acepta que así muere, de manera inesperada, ahora está un poco más calmada y manifiesta entender que no lo pudo evitar. Puede sentir como la luz de Dios la abraza.

En la luz, aprovechamos para preguntar por qué se le mostró esa vida. Le responden, "para que no se agobie con las cosas pequeñas". También le dicen, "las cosas pasan en el momento menos esperado. Es un proceso llegar a la luz. Hay muchos caminos claro/oscuros. No hay nada bueno ni nada malo. Las cosas en esta vida física no son nada, pero a veces pasan y nos sentimos ahogados. Vemos las cosas difíciles, no lo son".

Cuando conversamos con el grupo la experiencia, todos se quedan impresionados, no solo porque recordó sino porque en la mañana recordamos que ella estaba muy disgustada por haberse enterado que el hijo de un banquero reconocido había muerto, aunque de un golpe, al saltar de una embarcación. Nadie estuvo tan descolocado con la noticia como ella y este fue el miedo que, en su primera vez recordando una vida, salió a flote para ser sanado.


Greisy Nathaly Marcano.

Hipnoterapeuta.

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