jueves, 5 de diciembre de 2013

Volando con Hadas.

   
  




     La decisión de hacerse la regresión debe venir por completo de la otra persona. Considero que tocar la línea del tiempo es un muy personal y yo, a pesar de lo interesada que estoy en todo este proceso, lo dejo a la completa voluntad del interesado.

     Esta persona me comenta que ha pasado por momentos difíciles de una gran pérdida. Me cuenta que hace justamente un año, para el momento de la regresión, su madre muere de cáncer. Un período corto de enfermedad pero fulminante. Su padre no pudo soportar emocionalmente la pérdida y se quita la vida una semana después. Me cuenta que ellos fueron novios desde que eran adolescentes, y que de hecho, ninguno de los dos tuvo ninguna otra relación de pareja. Esta historia me conmueve  y me doy cuenta del gran dolor que esta persona carga consigo y de su necesidad de buscar respuestas, claves, o algo que la ayude ver su situación de otra manera. Me cuenta también que tiene fascinación por las hadas y que colecciona figuras, imágenes y todo lo concerniente al tema.

     Comenzamos nuestra meditación. Me conmueve su capacidad para visualizar y una imaginación y libertad poco comunes. Comienza su viaje con un encuentro con hadas con las que vuela por un bosque de árboles frondosos y de gran belleza que me describe con hermosos detalles de luz, sonidos, vistas abiertas y enormes montañas. Luego llega a un árbol que debe escalar y siguiendo a las hadas se mete como en una cueva. Ella llegó al lugar sagrado de su corazón, donde están guardadas todas las intenciones de su alma a su manera, mi guía era casi innecesaria, ella fue dueña de su regresión y de su experiencia por completo y yo una espectadora asombrada. Después de esto comienzan a surgir sus memorias y se deja guiar con gran docilidad.

     Se ve a si misma como un muchacho pre-adolescente. Vive en una gran casa con enormes extensiones de tierras. Le gusta jugar con los niños que viven a los alrededores. Hay una niña con la que tiene una gran conexión y juegan mucho juntos. A su padre no le gusta que juegue con estos niños pobres, pero mientras es chico su madre se lo permite. Cuando crece se da cuenta de las diferencias sociales y lo que significa el estatus, más nunca le es permitido relacionarse con aquella chica con la que jugaba tanto. Esto lo entristece profundamente y es un joven muy solitario. Pasa los días subiendo árboles. Pasa mucho tiempo sólo pensando que quiere cambiar el mundo, que las cosas tienen que ser diferentes, sin entender por qué ellos tienen tanto y la gente que vive en sus tierras tienen tan poco. Comienza a traer niños a su casa para enseñarlos a leer. Son niños pobres, sucios y mal alimentados. Todo esto a espaldas de su padre, que no lo permitiría de ninguna manera, pero secundado por su madre y por la servidumbre de su casa, los alimenta y pasa horas enseñándoles a leer. Su madre esta orgullosa de él y lo ayuda.

     Luego se ve a sí mismo como un hombre de unos cuarenta años, completamente alienado y amargado. Había olvidado por completo sus ideales de juventud. Él había soñado con traer justicia a esas tierras, pero crece y se olvida de sus sueños. La vida lo envuelve y es igual a todos los demás. Enferma. Esta avejentado, muy viejo para su corta edad. Se siente muy culpable por no haber podido traer sus sueños a la realidad. Olvidó quien era. Olvidó la intención de su vida.

     Luego de este episodio empieza a relatarme sucesos de otra vida. Se ve como un niño pequeño, de unos tres o cuatro años. Están en una piscina, en el patio de su casa. Le están enseñando a nadar. Es una fiesta, el jardín está lleno de familiares y amigos. Su padre prepara carne asada en una enorme parrillera. Se da cuenta de que su padre y su madre en aquella vida son los mismos padres en su vida actual, esto la complace enormemente. Siente que se divierte mucho y que son muy felices. Como a los ocho años enferma de algo incurable, no me sabe decir de que. Su madre esta desecha, llora constantemente. Empeora e inevitablemente y muere. Dice: tenemos que separarnos.

     En el momento de su muerte un espíritu guía viene a buscarlo. En este momento ya no se siente como aquel niño sino como ella es actualmente. El espíritu la lleva a un lugar hermoso que parece como una galería de cristales. Recibe enseñanza. Le dicen que ella necesitaba separarse de sus padres para poder aflorar todo su potencial. Que bajo la protección de sus padres no podría llevar a cabo lo que ella necesitaba para esta vida.

     Este episodio fue para ella lo más contundente de su experiencia. Las vidas que recuerda calzan en su mente. Puede hilarlas. Aquel personaje que no puede materializar sus sueños conjuntamente con el desapego que experimenta al separarse de sus padres cuando era sólo un niño. Lo más importante es que ella se da cuenta que su experiencia actual tiene algún sentido y deja de victimizarse. El sentirse responsable y creadora de su experiencia la lleva a otro lugar psicológico. Sin ninguna duda le otorgaron las respuestas que necesitaba. Fue una experiencia profundamente sanadora.

     Para mí, una gran experiencia el ver como la psique saca a relucir justo lo que la persona necesita para sanar es siempre un asombro y una alegría.

Maria Eugenia Mantilla
Hipnoterapeuta