El tema de la persona que les comparto hoy es el de las almas gemelas. Está
saliendo de una relación tormentosa que además no quiere soltar por completo.
Todos hemos pasado por esta experiencia de una u otra manera, y me siento
identificada con su angustia. Ella quiere saber si ha tenido vidas pasadas con
esta persona en particular, y por supuesto está en busca de algo que le ayude a
aliviar su dolor.
Por lo que he visto con las personas con las
que he trabajado, al igual que conmigo misma, es que si una relación suscita
sentimientos más allá de lo manejable, y si la ruptura nos afecta hasta las
lágrimas, siempre hay historia. Es común que la gente me pregunte cómo
reconocer si una relación pueda ser de vidas pasadas. Muchas personas pasan por
la historia de nuestra vida actual, unas nos importan más que otras, esto en sí
mismo, es un termómetro. Hay personas de las que, a pesar de que la relación no
es del todo satisfactoria, no nos queremos separar. Hay personas que conocemos
e instantáneamente se entablan amistades duraderas. Uno percibe esa
familiaridad, cuando aparece ese "pareciera que nos conociéramos de toda
la vida" lo más seguro es que haya historia.
Tenemos que recordar que somos eternos. La
muerte no existe, es simplemente un cambio de traje ¿Cuánto tiempo tenemos
insertos en este ciclo? lo sabrás cuando te vayas. En el período entre-vidas
hay una gran claridad y por lo general asimilas todas tus vidas e integras tus
experiencias. Lo que te puede ofrecer una regresión es acceso a las memorias de
tu alma que te pueden ayudar a comprender y expandir la perspectiva de tu vida
actual. Tu alma sabe lo que necesitas y te lo dará. Esto lo digo porque lo he
visto una y otra vez, siempre se encuentran respuestas. Integrar las memorias
es un proceso lento. Al principio uno siente como si hubiera ido al cine, sobre todo las personas en las que su canal perceptual más desarrollado es la vista. Al
pasar los días las memorias se asientan, y la experiencia cobra sentido
cuando empezamos a atar cabos y a vernos de otra manera.
Comenzamos entonces nuestra regresión. Ella se
ve en frente del lugar donde vive. Es una adolescente de unos 17 años, de pelo
largo y rubio, ropas viejas y desgastadas. No tiene zapatos, es verano y hace
calor. Vive un una construcción grande de muchas ventanas de madera. Es en un
orfanato. Su padre se fue a la guerra. Vive en Francia, durante la primera
guerra mundial. Su madre los abandonó cuando ella era muy pequeña. No sabe nada
de su padre, presume su muerte. Esta muy sola y triste. Tiene una mejor amiga,
se oyen y se acompañan en su tristeza.
Por detrás del orfanato hay una caballería. Un
señor a caballo uniformado viene a traerle una carta. Tiene miedo de abrirla.
Ella dice: "Es de alguien que amo, es una carta de amor. No podemos estar
juntos, él vive lejos, estoy muy triste, muy sola. Sí puedo reconocerlo en
alguien de esta vida. Lloré por él en aquella vida, lloro por él esta vida
también, siempre me hace daño. Él se casa, nunca más se de él".
Su vida en el orfanato es simple y llena de
carencias. Sin embargo, recibe clases y aprende a dibujar y a pintar. Ella vive
allí desde los quince hasta los dieciocho años. Luego se muda a París y
consigue trabajo en un atelier de modas dibujando trajes. Vive sola, camina por
el Sena, se siente libre y autosuficiente.
Tiene un encuentro con aquel hombre uniformado que
solía llevarle las cartas. Él está muy interesado en ella pero ella lo ve muy
mayor, sin embargo, él insiste y le propone matrimonio. Ella lo acepta y se
casan. Viven bien con todo lo que necesitan. Sale embarazada y deja de trabajar
para dedicarse a sus niños. Tiene tres pequeños.
Su esposo uniformado es policía. Está
inmiscuido en movimientos subversivos en contra del gobierno. Escribe para un
periódico subversivo. Sabe mucho, lo matan en una emboscada. Ella está
desesperada, va a su lugar de trabajo, grita y golpea puertas, ella sabe quién
lo mató ¿Cómo ellos no pudieron protegerlo? Los culpa. Queda sola con sus
niños, está devastada. Al poco tiempo la matan en la calle de una puñalada por
la espalda. Ella sospecha que fue porque sabe mucho. No puede morirse
tranquila, sus hijos están pequeños, ahora son huérfanos como lo fue ella. Tiene
ocho años la niña mayor.
Ella no puede irse y su energía se queda con sus
hijos queriendo cuidarlos. Su amiga del orfanato es la que se ocupa de ellos.
Los lleva al orfanato donde ellas se criaron y los visita los fines de
semana. Se siente muy agradecida. Se queda con ellos hasta que su hija tiene
unos 15 años. Viene su padre a buscarla, sus hijos están bien, ella ya está
lista para irse. Dice: "Me voy, estamos en una cascada".
En seguida se encuentra en otro escenario. Vive en
Nueva York, es criminalista. Su esposo de aquella vida en Francia es su mejor
amigo, se llama Esteban. Trabajan juntos. Me dice que ahora se dedican a
esclarecer crímenes por la necesidad que tienen ambos de hacer justicia y de
que la verdad sea pública. Ellos tienen una relación muy bonita pero no se
atreven a ser pareja por miedo a dañar su relación. Ella empieza a salir
con otro hombre, se casa y tiene un hijo. Al poco tiempo se da cuenta que es un
error y de que en realidad está enamorada de Esteban. Se divorcia cuando su
pequeño tiene dos años. Es un momento tumultuoso en el que se siente culpable
por dejar a su esposo, sin embargo este período es corto. Entabla una relación
con su compañero de trabajo, viven juntos y tiene otro hijo.
La atropellan en frente de su casa, una
muerte instantánea. Yo me asombro. Le pregunto ¿Cómo te sientes? Dejas a tus
hijos huérfanos otra vez. Ella se vuelve atrás y dice, estoy tranquila, ellos
va a estar bien cuidados, ahora le toca a él vivir solo, aceptando
completamente su muerte.
En seguida comienza a relatarme sucesos de
otra vida. Dice: "Vengo a esta vida buscando datos sobre mi
relación con aquel chico que me hirió profundamente en mi
vida en Francia y que reconozco presente en mi vida actual. Soy
bruja, tengo poderes psíquicos, puedo saber lo que le
va a pasar a los demás y los ayudo. Hay un cura, es él,
siempre me hace daño, siempre. Quiere exorcizarme de los demonios.
Dice que los poderes son malignos, me persigue, me acosa. A mí no me
importa, yo ayudo a los que me necesitan".
En este momento le pregunto si quiere seguir
recordando. Su respuesta es positiva. Le digo que busque, que debe haber alguna
vida donde son felices juntos.
Dice: "Sí recuerdo una vida en que nos
amamos. Él me cuida y me protege. Es mi hermano mayor. Vivimos en la región de
toscana, en Italia. Mi padre es alcohólico. Pasa algo terrible, estoy en el
suelo con mi ropa rota, mi padre alcoholizado me violentó sexualmente. Mi madre
lo sabe, le tiene miedo. Mi hermano tiene mucha rabia, pero me consuela y me
cuida, se siente culpable. Empiezo a ir a bares a tomar. Quiero ocultar mi
tristeza. Conozco un hombre dulce que me acepta, me cuida y me ayuda a salir de
todo eso. Nos casamos, tengo hijos, puedo ser feliz. Reconozco a mi padre de
aquella vida en mi vida actual, es mi tío. Está solo, no tiene hijos. Tiene que
estar solo ahora y tiene que aprender a valorar a los demás".
Para este momento ella está ya cansada y
decidimos terminar con la regresión. Sin duda mucha información y trabajo para
integrar estas memorias y conseguirles sentido. Conversamos un rato acerca de
la experiencia y quedamos en seguir trabajando. Sin duda el entramado de
nuestras experiencias en la tierra son complejos, cada aprendizaje es parte de
nosotros mismos, son nuestros "tesoros en los cielos", están allí,
esperando hacerse presentes, esperando reconocimiento, esperando poder
integrarse armónicamente con lo que somos aquí y ahora.
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