Esta persona es alguien muy allegado a mí. Ella quiere encontrar en su pasado a su pareja actual, con quien tiene una relación tormentosa de múltiples rupturas, pero incapaces de dar por terminada su relación. Le pedí que meditara en sus intenciones, sin embargo, el personaje no apareció para disgusto de los involucrados. Sin embargo, su regresión le trajo respuestas para resolver asuntos mucho más profundos que un apego amoroso.
Empieza relatándome una hermosa escena de muchas florecitas moradas. Está en un bello paraje montañoso frente a una loma floreada que se pierde a lo lejos. Es una niña de unos nueve años de edad, blanca de pelo oscuro y largo. Una persona camina a lo lejos, se va. Es mi papá, dice, y corre a buscarlo. Gritando se acerca, cuando él voltea ella se asombra y dice, es mi padre actual, pero diferente. Esta vestido como las personas en la época de la independencia, con pantalón a la rodilla y el pelo largo agarrado en una cola. Se está yendo y me dice que no, que regrese, que él se tiene que ir. Él se va a la costa, a su barco. Me está abandonando. Llorando le digo que no me puede dejar sola. Él se voltea y se va. Lloro desesperada y regreso a mi casa. Es una cabaña muy rústica. Mi madre está enferma, muy enferma. Yo no sé que hacer. A los pocos días muere. Yo sigo sin saber qué hacer. Estoy completamente sola. Decido caminar a la costa. Dejo todo atrás y me voy.
Camino un par de días. Llego a un pueblo costero. Tengo hambre, estoy sola, deambulo por el pueblo. Una señora negra, gorda y de cara sonriente me da de comer. Me pregunta y le cuento lo que me está pasando, me ofrece quedarme con ella y ayudarla en los quehaceres. Me trata como una madre, yo la ayudo en todo, es muy buena conmigo y yo estoy muy agradecida. Vivimos en un puerto. Vienen barcos a cargar y descargar cosas que venden en otros lugares. Hay mucho movimiento siempre. Yo vivo con esta señora hasta que tengo unos quince años.
Hay un catire, capitán de un barco, él quiere llevarme para que le cocine a sus marineros. Yo no estoy clara si la señora me vendió como esclava, pero desde ese momento el catire es mi dueño. Hace que todos me respeten en el barco, y vivo de puerto en puerto por mucho tiempo. Cocinando, limpiando, nadie se mete conmigo. Puedo ver a hombre que me gusta, el catire me trata bien pero no me deja tener ningún novio, nadie se puede acercar a mí. Mi vida es tranquila, me gusta el barco, me gusta viajar y conocer otros lugares.
El catire se enamora. Ella es una señora muy elegante, rubia, usa peinetas en la cabeza. Lleva un hermoso vestido azul , es muy fina. Se van a casar. Nos vamos a vivir a una hacienda, hay muchos esclavos, siembran café. Yo me quedo en la casa con la señora, ahora la atiendo a ella. Me trata muy bien. El catire se va en su barco pero regresa siempre, carga y se vuelve a ir. Ella está embarazada, estoy muy contenta. Nace el bebé pero ella enferma, no sé de qué, pero está muy grave, el niño tiene como dos años. Ella muere y ahora estoy sola en la casa con el niño.
Es mi hermano, dice asombrada. Es él, mi hermano en esta vida, lo quiero mucho, dice llorando, es la única persona en el mundo que me quiere. Ahora estoy encargada de todo, la casa, la cosecha, los esclavos, la crianza del niño. Me siento feliz, siempre estoy muy ocupada. El catire va y viene, como siempre. Me respetó como mujer toda la vida. Igual nunca me enamoré de nadie, no hay espacio en mi vida para nada más que ser su esclava, pero ya no me siento como tal, soy la señora de la casa. Todo está en orden, todos me obedecen y me respetan.
El joven ya esta grade. He envejecido. Él se va de casa, a estudiar, creo. Me escribe cartas, siempre me escribe. Está enamorado y se va a casar. Nunca más vive conmigo, el catire cada vez viene menos, pero todo sigue funcionando en la hacienda. Viene a cargar y se va. Enfermo, estoy muy vieja. Viene a verme, el joven viene a verme, ya es un hombre, estoy muy orgullosa de él, está casado y tiene hijos, pero viene solo. Pasa un tiempo corto conmigo y se va.
Estoy muriendo, veo atrás y estoy feliz con mi vida. Nunca me falto nada, siempre cumplí con mis deberes. Regreso a las montañas, estoy viendo la loma de florecitas moradas a lo lejos. Es mi padre, viene a buscarme, lo perdono, lo quiero, lo extrañe tanto, nos abrazamos, ya me voy. Con lágrimas en los ojos terminamos la regresión.
En su vida actual su tema es el abandono, lo cual se afianza con el divorcio de sus padres cuando ella es una adolescente. Se da cuenta que sobredimensiona su sentimiento de abandono debido a aquella vida de esclava, y que es este mismo miedo lo que la mantiene atada a una relación disfuncional. Sin embargo no está preparada para finalizarla. Desde el momento de su regresión hasta el momento de una ruptura definitiva fue un largo trecho, y aún todavía está es progreso. La claridad en el origen de su sentimiento de abandono le ha proporcionado herramientas para superarlo, sin embargo sigue trabajando ya que esto le proporciona mucha inseguridad en todos los ámbitos de su vida.
Según lo que he visto en otras personas, a mí no me cabe la menor duda que tuvo que haber abandonado a sus seres queridos en otras vidas, pero ella no ha tenido la inquietud de hacer otra regresión. Sé que esto la ayudaría a cerrar el ciclo, pero como siempre, lo dejo a entera disposición del interesado, cuando sea su momento ocurrirá, si así lo quiere. Pasar se ser víctima a responsabilizarse del diseño de sus experiencias cambiaría su percepción para siempre, pero eso es sólo una suposición mía. Lo que ella quería era saber si quería tanto a esta persona por haber tenido vidas pasadas con él, y yo no dudo que esto haya sido así, pero su alma escogió darle las herramientas para comprender su momento actual, mucho más allá de lo que nosotros, aquí y ahora, hubiéramos querido.
Nota: Catire en el argot venezolano significa de pelo rubio, nunca dijo su nombre durante toda la regresión, siempre se refirió a él como el catire.

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