Me siento cada vez más cómoda. Confío en el devenir. Si alguien quiere hacerse una regresión es
porque está buscando respuestas a su vida actual y su alma le dará lo que
necesita. El sólo hecho de interesarse en el tema ya es mucho, no necesito
justificar mi trabajo ni discutir posiciones filosóficas. Tengo la manera de
poder ayudar a otros a recordar y es un servicio en pro de la evolución de su
energía y la mía. Si alguien no cree que esto pueda ser posible pues no tocará
mi puerta. Al principio me sentía recelosa en conocer las intenciones de la
persona en cuestión, ya hoy me doy
cuenta que no soy quién para juzgarlas.
Si la persona llega a mí es porque necesita la ayuda que puedo darle.
De cualquier
modo, siempre necesito conversar un rato para conocernos, sentirme cómoda y
hacer que la otra persona se sienta cómoda también. Siempre le pido al otro que
medite en lo que quiere encontrar en su pasado, principalmente para que se
conecte con las intenciones de su alma. Yo también medito en la persona que voy
a recibir para conectarme con su energía, la noche antes y al levantarme el día
de la sesión. Planifico tener un día tranquilo y sin compromisos para
entregarme por completo a la experiencia.
Ella tiene muchas
expectativas por lo conversado con su amiga. La oigo, le doy mis puntos de
vista y sentimos que nos entendemos. Le explico el proceso por el cual va a
pasar, me oye con atención y nos dispusimos a comenzar nuestra sesión.
En su vida actual
ella es diseñadora de modas, y realmente me impresionó la calidad de los
detalles en sus descripciones. Comienza relatándome que va caminando a la casa
de su padre. Trae una cesta en las manos. Lleva puesto un vestido de seda azul, de corte recto, bordado en el
pecho y ceñido a la cintura. Lleva un peinado de moño con flores.
Emocionalmente se siente atribulada pero no sabe porque, quiere hablar con su
padre.
Me dice que vive en la China, y riendo me acota, si es así como se ve la
China. Entra en una casa muy grande, abierta, con mucho jardín y espacio en los
alrededores. Ve a su padre afuera, viste pantalón de gabardina gris y camisa
blanca de manga larga, un hombre sonriente y jovial, se ve elegante, dice, de
facciones chinas sin duda. Ve y saluda a su hermano, un joven de unos 23 años,
un poco menor que ella. Entra en la cocina y la segunda esposa de su padre está
cocinando, no la saluda, me dice que la ve como si fuera un mueble, no se
hablan. Tiene un hermanito menor, de unos 8 años, muy tremendo que corre y
juega sin parar. Ella traía en las manos una cesta de frutas que deja en la
cocina y se retira. Me dice que está triste y desolada, y entonces comenzamos
averiguar por qué.
Es importantísima
la ayuda del guía en una regresión, ya que las emociones nos abruman y nos
perdemos en sensaciones sin saber qué hacer. Entonces, regresamos en el tiempo
para ver lo que le pasa a este personaje.
Es mi mama, me
dice. Está muy enferma. Vivo con ella en el pueblo. Ella se separa de mi padre
y yo me voy a vivir con ella. Se enferma de gravedad y yo la cuido hasta su
muerte. Estoy muy triste, me siento perdida. Hay un hombre enamorado de mí, se
quiere casar y yo lo acepto más por huir de mi propia tristeza que por estar
enamorada. Yo vengo de una familia de mucho estatus, mi esposo también, tiene
un cargo como de gobierno. En estos momentos estoy caminando a su oficina, a
molestarlo, creo, necesito hablar con él.
Me sigue
relatando: Entro en un edificio con muchas puertas, hay una sala de espera con
finos muebles tapizados en tela de brocados. Es un lugar muy elegante. Entro en
su oficina y él tranca la puerta. Tenemos problemas. Estamos discutiendo. Yo le
estoy tratando de explicar que me siento muy sola y él tiene muy poco tiempo
para mí, que siempre está ocupado trabajando o de viaje. Él parece no
entenderme, me siento muy frustrada. Salimos de la oficina y nos montamos en un
carro negro muy grande, con diseño de líneas curvas, como esos que usan hoy en
día para las bodas.
Seguidamente me
empieza a relatar que está en su habitación y me dice asombrada que es una
gente muy rica, que su habitación es hermosa con muchos adornos lujosos. Está
dando a luz a su bebe. Una señora la está asistiendo. Es una niña, muy blanca
de facciones achinadas. Su vida cambia a partir de allí, tiene un varón tres
años después. Se dedicó a sus niños, es muy feliz. Tiene un enorme jardín y
disfruta ver jugar a sus hijos.
Luego empieza a
relatarme una fiesta de cumpleaños. Su hijo está cumpliendo unos 6 años. Me
dice: Es embajador, mi esposo es embajador, muy blanco, es inglés. Recibimos
muchos invitados importantes y también a toda mi familia. Tengo una mejor amiga, en seguida la reconocí
como mi prima y mejor amiga en mi vida actual. Todo está muy lujoso y
hermoso, pero pocos niños, parece más
bien una fiesta de adultos, no hay entretenimiento para ellos, solo corren y
juegan.
Mis hijos crecen,
yo estoy tranquila y satisfecha. Mi relación con mi esposo nunca ha sido la
mejor, pero mis hijos llenan mi vida. Mi hija muy apegada a mí, siempre
conmigo. Mi hijo muy buen mozo y bien vestido. Se fue de casa, se dedica a los negocios
y viaja mucho. Mi hija tiene un novio que a mí no me gusta, lo veo déspota y
grosero, pero ella quiere casarse. A pesar de mi recelo, las cosas funcionan
muy bien para ella, son una pareja feliz y tienen equilibrio, me satisface
verla feliz.
Le pregunté si
reconocía a su esposo, le pedí que viera sus ojos. Me dice asombrada: es mi
mamá, y me pregunta: ¿Es esto posible? Luego le preguntó si hay algo más que
quisiera recordar, me manifiesta que
está cansada, que está lista para terminar.
Termina la sesión
muy impresionada de que su esposo en aquella vida sea su madre en esta vida. Me
cuenta asombrada que sí le hace sentido, que es la misma relación. Que su madre
tiene los mismos valores, que el carácter es similar, que lo más importante
para ella es su bienestar económico pero que es una relación distante. Que
viaja mucho.
Un tiempo después de la regresión conversamos y le pregunté cuál
fue su aprendizaje y me dijo: Aceptación. Mi madre es como es, y al verla cómo
aquel personaje inglés me di cuenta que es su historia, que tengo que
aceptarla. También el vivir la muerte de su madre en aquella vida le impactó y
se siente diferente con respecto a la muerte. Otra cosa que conversamos fue con
respecto a la expansión de su idea de ser. Darse cuenta que uno no es sólo esta
experiencia le hizo sentir en carne propia que somos mucho más que esta vida y
se le abrió un mundo de posibilidades.
Quedamos en
vernos otra vez, ella quiere recordar otras vidas.
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