viernes, 20 de diciembre de 2013

Amores eternos

 







     Esta es una de las regresiones que más me ha impactado, quizás porque la persona es muy especial para mí y conozco su vida muy bien. Para el momento de la regresión, ella está indecisa en su idea de casarse. Piensa, me lo dijo muchas veces, que este individuo la iba a encerrar en un cuarto y no la iba dejar vivir. A mi me parecía exagerado de su parte. Ella recordó tres vidas en una sesión, en dos de ellas estaba involucrada con esta misma persona y con el relato de una de ellas nos dimos cuenta de dónde venía esta idea.

     Comienza su relato con la escena de un funeral. Es ella quién está en el ataúd. Comienza diciéndome que esta muy rígida, que no se puede mover, que está muerta. Me cuenta: Estoy muy nerviosa, hay una persona caminando alrededor de mi urna y tengo que hablar con él, pero no puedo, no puedo moverme. Es mi amante, camina desesperado alrededor de mi ataúd. Enseguida lo reconoció como su exnovio en su vida actual. Reconoció también a su esposo. Dice: Es un hombre muy bello, bien vestido y elegante, es él, dijo, mi novio en está vida. Ella no puede salir de su asombró de tener a estos dos sujetos que forman parte de su vida actual enfrentados en un triángulo amoroso muy conflictivo.


    Sigue relatando: Le tengo que decir que se vaya, que no puede estar aquí. Mi esposo lo está buscando con una escopeta, lo quiere matar. Si lo encuentra aquí lo mata. Él no se va, sigue dando vueltas caminando muy nervioso.

     En vista de la desesperación que está viviendo trato de sacarla de esta escena para conocer su vida y saber como llega a esté momento. Me cuenta: Vivimos en Nueva York, finales del siglo pasado, por los trajes que uso calculo que es como finales del 1800. La ciudad es hermosa, ando en un bello carruaje. Mi casa es amplia y muy fina. Mi esposo es un hombre muy adinerado. Vengo de una familia de alto estatus, me caso, no veo niños. Conozco a este hombre con quien tengo un romance, somos amantes. Dejo a mi esposo. No se de qué me enfermo, pero estoy muy grave. 

     Luego regresa a la escena de su ataúd. Deja esta escena y espontáneamente comienza a relatarme sucesos de otra vida.

     Comienza: soy esclava. Es él, otra vez. Mi novio. Ahora es mi dueño. Vivimos en un país del medio oriente. Él es como un jeque o algo así, tiene muchas esposas y muchos hijos. Es un hombre muy rico y poderoso. Esta enamorado de mí, pero no me quiere hacer su esposa. Se lo ruego llorando, quiero tener un hijo con él, quiero dejar de ser su esclava y tener el estatus que me merezco, él se niega una y otra vez. 

     Quiero escapar. Él lo sospecha. Continúa su relato llorando: estoy presa, me tiene presa. Me encerró en un cuarto mínimo, no más grande de dos por dos metros, completamente desnuda para que no pueda escaparme. Me relata unas escenas muy feas de como la golpeaba y abusaba de ella. Dice constantemente, tengo que escapar, tengo que escapar.

     Con ayuda lo logra y huye para siempre. Sin embargo estaba enamorada de él y lo recuerda constantemente.

     Otra vez salta espontáneamente a otra vida. Es otra escena fúnebre, pero está vez en la selva. Me cuenta: Era una mujer muy sabia, así como una hechicera. Todos me querían y me respetaban en mi tribu. Estoy en mi funeral. No hay tristeza, hay reverencia. Me colocan en una balsa y me llevan al río para entregarme a las aguas. Veo a todos. Mi niña, dice llorando, es mi niña, mi sobrina en mi vida actual, que bella, fue mi hija en aquella vida. Toda la tribu me acompaña a la orilla del río con gran ceremonia. No estoy triste, fue una vida muy satisfactoria y me voy feliz por lo vivido. Estoy cansada, me dice, y procedimos a terminar la regresión.

     Esta regresión fue definitiva para comprender su relación de pareja actual y poder tomar decisiones. Ellos se conocen desde que son adolescentes pero nunca han podido estar juntos definitivamente. Ella tiene temor de él, a pesar de amarlo. Él ejerce un gran poder sobre ella y pierden el equilibrio como pareja con mucha facilidad. Al verse con él en dos vidas entiende que hay mucho amor pero también un gran resentimiento. Cada una de las partes tiene todavía mucho que trabajar emocionalmente para poder tener una relación de amor en libertad. En la actualidad, él vive en Nueva York, casualmente, y se ven una o dos veces al año. Estamos mejor así, me dice, cada uno ocupado en sus propios asuntos y eternamente enamorados. Por otro lado, no nos extraño para nada que hubiera sido hechicera, ya que ella tiene un gran poder psíquico, sin embargo fue una satisfacción constatar la realidad de su fortaleza como alma. 



                                                                                                                                       


      

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