viernes, 13 de diciembre de 2013

Nunca antes había visto todas las galaxias






      La sesión que les narro a continuación fue con una persona muy espiritual y con un camino andado en el desarrollo de sus habilidades psíquicas.

     Los primero que ella hace es pedirle permiso a sus maestros al iniciar la sesión, un gesto hermoso y consciente. Pocas veces trabajo en la tarde noche, me siento más cómoda en la mañana, pero estoy tranquila y confiada en su proceso de crecimiento. Nos conocemos mas no sé los detalles de su vida ni de su crianza.

     Comienza a relatarme con mucha dificultad que está en cama, con mucho dolor. Le cuesta hablarme, pareciera incluso que le cuesta mover la mandíbula. Ella está completamente transformada en el personaje que está reviviendo. Le pregunto por sus hijos, me dice que están lejos. Siento su pesadez y su negativa a recordar, no quiere ir hacia adelante ni hacia atrás, ella simplemente está sumida en su dolor. Está en una casa, vive sola, en un pueblo en Polonia. Ya no come, no se puede parar, está esperando la muerte. Nadie la atiende, nadie la cuida. Trato de llevarla a su juventud. Con mucha dificultad recuerda. Logro que se vea en un espejo cuando era joven, se describe rubia de pelo largo. Vive con su madre, no recuerda a su padre. En seguida regresa a su cama, le duele todo, logra verse, tiene el pelo largo y blanco, me dice que tiene más de ochenta años. Muy muy delgada, muy blanca. Se queja de sus dolores. No tiene miedo a la muerte, pero tampoco quiere avanzar hacia ella.

     De repente dice: Mis hijos, estoy esperando a mis hijos. Entonces entiendo el estado en que se encuentra. Empiezan a fluir las memorias y comienza a llorar. Le pregunto acerca de sus hijos, me dice que los abandonó cuando eran muy pequeños. Le pregunto que desde hace cuánto tiempo no los ve,  y me dice: más nunca los vi. Trato de explicarle que sus hijos no la pueden encontrar, que no tiene sentido esperarlos, y llora copiosamente. Ella enseguida hace la relación de este recuerdo con su vida actual y dice que tiene que perdonar a su madre. La consuelo un rato y la dejo llorar.

     Después de soltar su dolor y desesperanza, está preparada para morir. Para el momento de su muerte, y ya liberada del tremendo dolor físico que le acaecía, me puede relatar su vida con claridad y soltura. Se casa joven, tiene dos niños, los abandona muy pequeños. Se va a vivir a otro pueblo y se dedica a la prostitución. Se ve elegantemente vestida, de negro, bonita pero no fina, dice. De pelo oscuro y corto, con un cigarro largo con boquilla. Más nunca sabe de sus hijos ni de su esposo ni de su familia. Le comento que fue una larga vida para una prostituta y me dice: sí, yo me cuidaba mucho.

     Luego empieza a relatarme asombrada un recuerdo de su período entre-vidas.  Me dice: "Yo nunca había visto todas las galaxias" asombrada y extasiada ante su visión. Me dice: “Estoy sola, a veces estoy con otros, pero mayormente estoy sola". Ella está tranquila y embelesada en su estadía allí y la dejo tranquila disfrutarlo.

     Al rato le pregunto si quiere recordar otra vida o si está cansada y me dice que sí, que quiere seguir.

     Entonces le pregunto: "ahora quien eres, mírate tus manos, de qué color eres, tócate el pelo". Asombrada me dice que es africano, muy negro. Siente las facciones rudas, gruesas y el cuerpo y la fortaleza de hombre. Me relata: "La tierra se ve seca y árida, pero no tengo calor, usamos tapa rabos, vivo en una choza muy rústica, dormimos en el suelo sobre paja. Tengo muchos hijos, soy muy feliz y sobre todo sabio y respetado en mi tribu. Mi esposa es hermosa, usa telas de colores". La reconoce asombrada y me dice: "es mi madre de crianza en mi vida actual, son sus ojos, es ella, es hermosa. Nuestros hijos crecen sanos y fuertes, son muchos. También tengo nietos".

     Lo más importante para ella fue la expansión y comprensión del mundo y de la existencia de este hombre. Me dice que siente una paz que no conoce en esta vida. Son cazadores y me nombra un animal que no conozco. Su vida es pacífica, tranquila y armoniosa. No me cuenta más detalles de su vida, pero se queda impregnada de la paz de este ser que vive en su consciencia. El muere primero que su esposa. Muere de vejez. Sin más detalles terminamos nuestra regresión.

    Luego conversamos un rato sobre la experiencia. Ella entiende con claridad el trabajo de perdón que tiene que hacer, consigo misma y con su madre. En su vida actual su madre la abandona a ella y a su hermana muy pequeñas, se va a vivir a un pueblo en el oriente del país y se dedica "a su vida loca" como la llamó. Yo no podía salir de mi asombro. Si había leído de diferentes autores que los ciclos de reencarnación se suelen hacen por opuestos, solemos intercalar nuestras experiencias víctima-victimario en cualquier aspecto en que estemos trabajando. Por otro lado el surgir de la sabiduría del africano es la fuerza que necesita su psique para realizar este trabajo. Las herramientas están allí, en su alma. Esto me recuerda a Verónica cuando escribió en una oportunidad en su revista Inner Whispers "Tu alma nunca te abandonará". 

María Eugenia Mantilla
Hipnoterapeuta
     

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